Domenikos Theotokópulos, El Greco (1541-1614)
Adoración
de los pastores, 1612-1614, Museo del Prado, Madrid, España.
Esta
realizado en oleo sobre tela, su pincelada no es empastada pero sí es algo más
suelta que en el resto de pinturas renacentistas. Las figuras se muestran
alargadas, distorsionadas y con contrastes de colores muy brillantes (heredados
del arte veneciano) en el que no se pueden ver veladuras. La composición se
desarrolla en una espiral ascensional que termina con los ángeles. La luz que
emana del niño (luz simbólica) impacta en los rostros y ropajes creando unos
grandes contrastes de luces y sombras que es lo que da volumen al cuadro. Apenas hay un escenario identificable, únicamente
podemos ver una arquitectura en la penumbra. Es una obra perteneciente a su última etpa y en donde se puede ver esa pintura más personal y llena de dramatismo. El Greco hizo La adoración de los pastores para colocarla sobre su propia tumba en la iglesia de Santo Domingo el Antiguo, Toledo (España).El Greco, es un pintor
originario de Creta de ahí su apodo, fue considerado un excéntrico y marginal. En
los últimos cien años se ha considerado como uno de los artistas más grandes de la
civilización occidental, el cual ha tenido mucha repercusión en el arte más
moderno. En su obra se aprecia una clara evolución que va marcándose en las distintas
etapas de sus pinturas.
En sus
primeros años en Creta su influencia vino del arte bizantino. Cuando viajó a Italia su pintura seguía el
estilo renacentista en el que conjugaba el diseño manierista y el color veneciano
de Italia, pero seguía con un estilo personal. En su etapa final en España (sobre
todo en su estancia en Toledo en la que aumenta su contacto con la
espiritualidad) su pintura se vuelve más dramática y original, predomina mucho
más los colores brillantes de Venecia y las figuras se alargan y contorsionan. Su
obra final es de mucha modernidad y será seguido en la Edad Contemporánea.